Suplicando, a los gritos, de rodillas... implorando en todos los idiomas, pedir perdón no alcanza,no repara, no alivia, si
no nos hacemos responsables de nuestros acciones. Cuando no nos perdonan
nos obligan a vivir con nuestro error, con nuestra culpa,
porque un simple perdón no puede borrar el dolor. Hay cosas imperdonables, aunque se pida perdón en todos los idiomas.