jueves, 25 de febrero de 2010

Dime que fui para ti esa noche, llorando; Si fue el final feliz que estabas esperando. Dime que fui para ti, semanas de espanto. Ese juego de mesa para de vez en cuando. No tuve más alma para darte, no tuve más calor que darte. No me dolerá esta caída.
No quiero tener que sufrir por su piel, no quiero morirme de pena por él; no quiero dejarme caer en su red, no quiero tener que esperar más por él.