sábado, 18 de diciembre de 2010

Change your mind

Todo cambia. Y todo pasa. Cambian las estaciones, cambian las modas, cambiamos nuestras ideas, nuestros pensamientos. Cambiamos nosotros. Pasan los años, pasan los dolores, los desamores, los momentos. A algunos les gustan los cambios, las renovaciones. A otros no. A algunos les afecta mas que a otros, para bien o para mal. Pero a lo largo del tiempo las cosas van cambiando, nos guste o no. La profesora de biología decía que los seres humanos, desde que nacemos y a lo largo de nuestra vida aprendemos a no aferrarnos a lo material. A dejar ir las cosas, cada una tiene su rumbo. Por este tema, después llega el momento de extrañar. Nos acostumbramos tanto a algo, que tarde o temprano, cambia, pasa. Para luego lamentarnos y extrañar eso, a lo que estábamos acostumbrados y queríamos tanto. Después, llega otra cosa que nos hace olvidar ese dolor o gusto amargo y con felicidad nos llena el vacío. Los cambios dan miedo. De no saber que resultado puedan dar, a la larga Y a la corta. No sabemos que generará ese cambio en nosotros y en nuestro alrededor a un plazo de un año, de dos o cuantos años queramos. Si habrá generado mas cambios o, tal vez uno solo por ende insignificante, o no, porque, el futuro es incierto. Lo cierto es que nada queda como estaba (el sufijo aba nos da a entender que es un verbo en pasado), que supuestamente siempre que se cierra una puerta se abren diez más y, que nada es para siempre.