jueves, 10 de febrero de 2011

Cuando llega un momento así, parace imposible seguir viviendo. Y comerse todo lo que contiene el frigorífico parece inevitable. Tengo dos opciones. O me rindo, acepto el estado permamente de soltería y acabo deborada por pastores alemanes, o no. Esta vez escojo que no. No pienso dejarme vencer por un hombre malvado, y un insecto palo norteamericano. En su lugar, escojo el Vodka, y... Chaka Khan.