Estoy tan cansada
de estar acá, reprimida por mis
miedos infantiles. Y si tienes que marcharte desearía que lo hagas del todo
porque tu presencia sigue viva en mí y no me deja en paz. Estas heridas parecen no cicatrizar, este
dolor es demasiado real. Es demasiado profundo que ni el tiempo lo puede borrar.