miércoles, 5 de septiembre de 2012

Intruso

Dejenlo en su mundo... un mundo muy poco profundo donde no se ríe, donde no se llora, donde no se vive a pleno ni el presente, ni el ahora.
Lo único que me enferma es saber que en la perra vida jamás me voy a deshacer de él. Siempre adentro mío fiel a su promesa de quemarme la cabeza para que yo sea infeliz.