Hijo de esas noches que destilan
rockanroles en charangos con dos cuerdas.
Delirio de locos, sonrisa de pocos. No se imagina saber que para ser rey
no tiene ni el
patricio preparado, la única corona que no pesa tiene flores.
Calienta su vida
junto a un fuego que consume y alimenta.
Ya no pierde el
tiempo, aunque a veces cuando
puede se pelea con él.
Mentira de patas largas resultaste por descuido.
Un cuento que
arranca está muy lejos de ser mito.
Será la
experiencia que carece de medida,
búsqueda
constante de entender las respuestas de la vida.
Y aunque ya se
tengan las respuestas,
que placer el de
buscar en otro libro de preguntas.
La tortuga sin
correa no vaya a ser cosa que nos toque disfrutarla toda junta.
Dándole una chance
a la sorpresa ve transformarse
en certeza.
la humildad de no quemarse demasiado la cabeza, sólo
a veces no traiciona.