Como el despertar de una mañana frente
el mar, jugaste desde chiquitita a ser libre. Tu sonrisa desnudaba cierta travesura y
tus ojos eran cómplices de tu aventura. Quisiste volar, y desplegaste tus alas. No había duendes ni brujos,
príncipes, nada. Estabas ahí tan chiquitita. Corriendo en
la arena, buscando tu sueño de hada. Ven a jugar
nuevamente Martina, gota de nieve, hechicera del alma. Brillo del sol, canto de sirena. Sigue
escuchando el latido de tu corazón que yo
estaré bien cerca a tu lado, mirando tus alas… cuidando tu voz. Creciendo se aprende, perdiendo
se gana. Disfrutar ahora el momento en el
alma. La música, el baile, el sabor del alba, en el horizonte esta tu mañana.