Entre el “no me olvides” me dejé nuestros abriles olvidados en el fondo del placar del cuarto de invitados, eran tiempos dorados de un pasado mejor. Aunque casi me equivoco y te digo poco a poco “no me mientas” “no me digas la verdad” “no te quedes callada” “no levantes la voz” no me pidas perdón.